Gerda Taro

Del muro de Cleusa Piana

El 1 de agosto de1910.- Nace la fotógrafa alemana Gerda Taro, compañera del también fotógrafo Robert Capa, quien a través de sus gráfica denuncia varios hechos bélicos.La Guerra Civil española marcó la vida de los jóvenes milicianos y adolescentes que se alistaron para defender la República en 1936, y con ellos la vida de miles de refugiados y voluntarios llegados de toda Europa que se sentían hermanados con su causa. Brigadistas, intelectuales, artistas, escritores, poetas, fotógrafos. Y también mujeres. Escritoras, enfermeras, ayudantes sociales y, por primera vez en un conflicto bélico, fotógrafas. Mujeres decididas a levantar la moral, a llamar a la solidaridad internacional y a pelear por la igualdad junto a sus compañeros. Las primeras fotorreporteras.

Desde Inglaterra, Canadá, Australia o Estados Unidos. Junto a George Orwell, John Dos Passos y Ernest Hemingway llegaron escritoras como Dorothy Parker, Martha Gelhorn, Virginia Cowles, Leah Manning y Charlotte Haldane. Muchas veces rechazadas como aventureras o tachadas de simples turistas que venían a ver morir siguiendo la moda literaria de algunos círculos.

En los primeros momentos de la guerra, la poetisa norteamericana Gamel Woolsey, esposa de Gerald Brenan, escribía desde Málaga cómo la colonia inglesa consideraba la guerra como “un fastidio que les hacía abandonar su temporada de baños”. Frente a esa desafección, la escritora reclamaba indignada un compromiso, una implicación activa. Había que poner imágenes a toda esa información que se iba generando, había que mostrárselo al mundo.

Gerda Taro, Kati Horna y Tina Modotti atendieron la llamada, tres pioneras que llegaron a España con sus Leikas y sus Rolleis. Comprometidas profesional y personalmente pagaron un tributo muy caro por su entrega, por denunciar ante el mundo cómo un país era arrasado por unos militares golpistas.

De las tres, la más conocida es Gerda Taro, quizá por estar su nombre unido al del famoso Robert Capa. A pesar de ello sólo desde hace unos pocos años su nombre y su trabajo han sido reconocidos y reivindicados por méritos propios. Utilizada de diferentes formas, a su muerte en el hospital de El Escorial en julio de 1937, el Partido Comunista francés organizó un multitudinario funeral en París al que acudieron miles de personas y se le rindió público homenaje aunque su militancia en el PCF fuera más que dudosa. Poco después su papel como fotógrafa se fue desdibujando, restada de toda actualidad por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, Gerda quedó relegada a ser únicamente conocida como compañera o mujer de Robert Capa, y sus fotos pasaron a ampliar el archivo fotográfico bajo la autoría de Capa.

Alemana, refugiada, judía perseguida y encarcelada en su propio país, primero en París y después en España. Taro llegó a la guerra con trajes y zapatos de tacón, que cambió rápidamente por el mono y las alpargatas. De sus disparos con la cámara cada vez tenemos más pruebas, de los que hiciera con la pistola que llevaba al cinto no hay testimonio.

Por: Por A. G. Abella















Milicianas, 1936 por Gerda Taro

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